El Kenpo Karate nace en Okinawa, al incorporarse el espíritu del Zen a las técnicas de lucha que llegaron desde China a la isla. El objetivo es diferente al de otras artes marciales: mientras que en la mayoría de ellas, lo que se pretende es derrotar al mayor número de enemigos posible (hiriendo o matándolos: debe recordarse que el origen es absolutamente marcial), la práctica del Kenpo Karate busca ante todo el dominio de las técnicas de autodefensa. Para explicar breve y claramente esta idea, citaremos el lema del Kenpo Karate, el cual es perfectamente aplicable a cualquier estilo y escuela:
«Vengo a ti con las manos vacías, no tengo armas,
pero, si soy obligado a defenderme, a defender mis principios o mi honor,
si es cuestión de vida o muerte, de justicia o de injusticia,
entonces aquí están mis armas: las manos vacías».
Por supuesto, defensa y ataque no pueden existir separadamente. Por lo que para poder entrenar las técnicas defensivas más avanzadas, es necesario practicar también técnicas ofensivas. En su libro «El Zen y el camino del guerrero», el maestro Toguchi explica los conceptos básicos del método de entrenamiento de combate:
En cierta ocasión, una persona que asistía a una sesión de entrenamiento me preguntó: «¿Por qué dais tantos golpes de mano y patadas? Siempre había oído decir que el Kenpo Karate es ante todo defensivo». «Tiene razón» -respondí- «pero antes de poder parar un golpe de mano o una patada hay que entenderla, saber qué es y cómo se hace. Y antes de poder saber si vuestra técnica defensiva es correcta, debéis probarla contra un golpe de mano o una patada real. Por eso practicamos las técnicas ofensivas: para perfeccionar nuestras técnicas defensivas».
Además del dominio de las técnicas, y el ideal en último término pacifista (nunca atacar, pero si te atacan, saber defenderte), el Kenpo Karate está imbuido de una filosofía que proviene directamente del Budismo Zen. Pero éste tema se trata en detalle en las páginas dedicadas al espíritu del «karate».
DESARROLLO DEL KENPO KARATE ACTUAL
Okinawa, es una Isla situada en el Océano Pacífico, entre el sur de China y Japón, a la que actualmente pertenece políticamente. Históricamente, no obstante, ha estado siempre ligada e influenciada por la cultura y la tradición chinas; no obstante, Okinawa ha poseido siempre una gran riqueza cultural propia, siendo la cuna de una de las Artes Marciales más pacticadas actualmente, en su modalidad de deporte de combate, que se expandió hacia la mitad del siglo pasado através de Japón al resto del mundo.
En sus comienzos, el término Karate se le llamó «Te» (Mano), To De, o más comunmente «Okinawa Te» (la mano de Okinawa, el arte marcial autóctono de la zona). Teniendo ésta, una evolución notoria desde sus orígenes.
Inicialmente era enseñado a escondidas, en pequeños círculos sociales, de Maestro a Discípulo, de padre a hijo, pero no existían centros de enseñanza generalizada. Poco a poco llegó a entrar en círculos sociales más elevados, siendo a finales del siglo XIX cuando se incorporó su práctica como parte de los programas de educación física en las escuelas de Okinawa, y debido a su popularidad creciente dentro del Japón, se le renombró como «Karate» (Mano Vacía), para distinguirlo del «To De» (Kenpo), una forma de Mano originaria de China, lo que finalmente le llevó a adquirir el rango de BUDO, «Arte Marcial», por la Dai Nippon Butokukai, la organización de Artes Marciales más importante de Japón antes de la II Guerra Mundial, colocándose a la par del Judo, el Kyudo, el Kendo, y otras artes del Japón tradicionalmente reconocidas y practicadas por las altas esferas de la sociedad.
Gracias al influyente Maestro Chojun Miyagi y a la ayuda de su buen amigo Jigoro Kano, el Arte Tradicional de Okinawa consigue este elevado mérito en la primera mitad del siglo XX, siendo además Chojun Miyagi el único Maestro reconocido con este título por la Dai Nippon Butokukai.
Los dos estilos originales de Lucha desarrollados en las regiones de Shuri y de Naha, se llamaban respectivamente «Shuri-Te» (la Mano de Shuri) y «Naha-Te» (la Mano de Naha). Hoy en día existen numerosos estilos diferentes de Karate, tanto en Okinawa como en el propio Japón, pero la mayoría deriva de estos dos estilos originarios. Aunque muchos maestros contribuyeron al desarrollo de ambos estilos, se reconoce actualmente a los maestros Anko Itosu de Shuri-Te, y Kanryo Higaonna de Naha-Te, como los padres del Kenpo Karate actual.
A partir del Maestro Chojun Miyagi y otros Maestros contemporáneos, se produjo una auténtica y verdadera expansión, revolución y modificación del Arte Tradicional de Okinawa, evolucionando hasta lo que en la actualidad se conoce con el nombre de Karate, en su versión más deportiva y competitiva; en este camino se perdieron muchos aspectos y riquezas del arte que desde el punto de vista cultural, social y deportivo tenía el Arte Tradicional de Okinawa.
El Arte Tradicional de Okinawa, está basado en el Budismo Zen, y su objetivo final, como indicábamos al principio, no es otro que alcanzar la iluminación, a través de la práctica continuada, del trabajo físico, mental, espiritual y de la mejora paulatina, siendo esto entre otras cosas lo que lo eleva a la calidad de ARTE.
Cuando el Arte Tradicional salió de Okinawa, no estaba aún preparado para su expansión al gran público, aún no existía ningún método de enseñanza del Kumite (combate); se enseñaban solamente las formas de combate ejecutadas al aire individualmente (kata). Esto no terminaba de gustar en Japón, y los pioneros (japoneses) que se lanzaron a practicar y enseñar el Karate, lo hicieron creando un sistema pobre, basado en el sistema de enseñanza del Judo, y no en un sistema propio del Kenpo-Karate, un Arte Marcial muy distinto del Judo, por lo que no fue un sistema propio, sino una «copia» de escasa calidad del fabuloso sistema de enseñanza del Judo, óptimo sistema para el Judo, pero no así para el Karate, lo que terminó llamándose «Jiju Kumite», extendiéndose a partir de aquel momento al resto del mundo una versión equivocada y del todo incompleta del Kenpo-Karate de Okinawa. Es esta la modalidad del Arte Tradicional de Okinawa que se ha transmitido, en la visión del Karate moderno, que la mayoría de la gente, los «no entendidos», y muchos de los «entendidos» tienen del Karate, incluso aquellos que dicen practicar Karate Tradicional.
En nuestra opinión, este proceso fue fruto de una falta de entendimiento entre los distintos Maestros de Sistemas de Lucha de la época, de una prisa sin justificar por la transmisión del Arte fuera de la isla antes de que estuviese realmente preparado y puesto a punto para la enseñanza al gran público. No obstante, y a pesar de esta vorágine de expansión alborotada, cambios y modificaciones injustificadas, existen afortunadamente escuelas tradicionales que conservan de una manera completa y fiel, las virtudes del Arte Tradicional de Okinawa.
Nos atrevemos a afirmar que el Sistema Shorei-Kan es uno de los más completos sistemas metodológicos de enseñanza de un Arte Marcial Oriental jamás creado, y el único método capaz de transmitir la verdadera esencia y enseñanza del Kenpo Karate Tradicional de Okinawa de modo que todos y todas puedan practicarlo, y llegar a aprenderlo, si se quiere, a un alto nivel.
Gairyaku, uno de los escritos del Maestro Chojun Miyagi, entra en mayor profundidad en la explicación sobre los términos de Karate y Kenpo.